Es común en la vida que drenemos muchas de nuestras emociones a través de lo que comentamos, de las conversaciones, de lo que llaman las penas compartidas, sin embargo, existen algunas cosas, que por salud mental y emocional, es conveniente mantener en secreto, incluso nos daremos cuenta como de muchas maneras nuestra vida comienza a cambiar, nuestro pensamiento comienza a sanearse y aquellas cosas que solíamos compartir sin razón alguna, pierden sentido.
Se trata esencialmente de la intimidad en tu vida, de poner cierto balance en lo que compartimos y en lo que nos reservamos, pues no debemos olvidar que todo en el mundo genera energía, hasta los pensamientos, más aún las palabras y las acciones, de manera que los pensamientos y deseos afines tienden siempre a cruzarse, mantener la prudencia en lo que pensamos, es sabiduría, pues mantener esa prudencia más aún en lo que decimos, puede ahorrarnos muchas malas energías en nuestra vida.
En primer lugar evita compartir tus planes con todo el mundo, tus intereses son tuyos, personales, individuales aunque involucren a muchas personas, no es necesario compartir con todo el mundo aquello que deseas y esperas lograr, no siempre nos toparemos con personas afectas a vernos bien, o simplemente no a todo el mundo le aprovecha generar buenas vibras a tus intenciones, así que ahórrate estos comentarios en tu propio beneficio.
Los detalles de la intimidad en tu vida, resérvatelos, por muy divertido y entretenido que pueda resultar, comentar nuestras intimidades con amigos, familiares o cualquier otra persona, no siempre es beneficioso, es menester mantener esto en secreto intimo, no hay necesidad alguno de que nadie maneje detalles de tu vida íntima, pues únicamente te concierne a ti, pareja o familia.
Nunca hables a otros de lo admirable que eres, recuerda siempre que cada quien ha librado y libra constantemente batallas internas, eso le corresponde a cada quien, no es menester que los demás te admiren por tus propias luchas, no eres el único, ni el último, alardear sobre ello no te hará más admirable, resérvate tu propia fortaleza para ti mismo, únicamente tu la necesitas más que nadie.
Alardear sobre tu inteligencia no es nada inteligente, la humildad puede rodearte de miles de afines, comparte tus conocimientos cuando alguien los necesite y siempre desde la humildad y el deseo de ayudar, nunca desde la prepotencia o la supremacía.
Resérvate tus conflictos familiares, cada palabra de problema que te ahorras, le resta fuerzas a esa situación, y si requieres conversarlo con alguien, hazlo desde el optimismo y la búsqueda de soluciones, no desde la queja y la negatividad.
Y por último, nunca repitas lo malo que escuchas, no te consta, no te beneficia y no genera ningún beneficio a los demás, este terrible hábito nos lleva a vivir entretenidos con las situaciones ajenas, mantén tu entorno limpio y tu mente pura de todo aquello que lo único que busca es perjudicar a alguien más, no te hagas eco de ello y verás como día a día estos comentarios perderán fuerza.