Qué desgastaste y desastroso resulta el círculo vicioso de permitir que nos hieran y después de todo perdonar, repetir el ciclo hasta agotar energías, hasta agotar el amor, hasta agotar la dignidad.
Quien no quisiera evitar conocer el amargo sabor del desamor, quien no quisiera evitar las penas y la desilusión. Quien no quisiera enamorarse por primera vez del hombre adecuado y no del equivocado; pero lo cierto es que es inevitable sufrir, que a veces es necesario caer para aprender
Cuando nos enamoramos, tendemos a idealizar a la persona que está a nuestro lado, nos negamos a aceptar sus defectos y limitaciones, nos creemos la idea de que estamos con el hombre de nuestros sueños, con el amor de nuestras vidas.
¿Cuantas veces ha pasado, que nos aferramos a alguien que en el fondo sabemos que nos hace mal, que nos causa más heridas que alegrías?
Y sin embargo, le apostamos a las fantasías y nos negamos a aceptar la realidad
¿Pero realmente vale la pena regalar nuestro tiempo?
Desafortunadamente, tarde comprendemos que el tiempo pasa y no perdona, que nuestras horas son limitadas, que los momento para vivir, para soñar, para reír, no son eternos, tarde comprendemos que no debemos desgastar el tiempo en una persona que no nos sabe valorar.
Y es que la vida y el amor se hicieron para disfrutar.
Pensemos un poco en el futuro, visualicémonos en 10 o 15 años más, piensa en lo triste que sería despertar sintiendo que no has vivido de verdad, que has desperdiciado el tiempo, que se lo regalaste a alguien que no te supo amar, que triste seria reconocer que te has negado a luchar por tus sueños, o exigir lo que mereces, que te negaste la oportunidad de encontrar un amor real por miedo a la soledad
El amor es un sentimiento divino, pero debe ser reciproco y sincero, pues cuando es puro es poderoso, pero no basta ni es justo que no sea brindado con la misma intensidad , se desgasta se debilita cuando no se entrega con sinceridad, se vuelve toxico, desgastante, asesino.